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PK Deficiency (ES)

El déficit de piruvato quinasa (PK) es una enfermedad metabólica genética rara que afecta a los glóbulos rojos.

Más concretamente, es un tipo de anemia hemolítica crónica en la que el déficit de la enzima piruvato quinasa provoca la destrucción prematura de los glóbulos rojos. Esto provoca una disminución de la hemoglobina que deriva en anemia.

La PK es la enzima que se encarga del último paso de la glucólisis, la vía metabólica por la que los glóbulos rojos obtienen su suministro de energía.

Aunque la enfermedad afecta a cada persona de forma diferente, el déficit de PK a menudo ocasiona una fatiga severa, que afecta en gran medida a las actividades diarias y a la calidad de vida.

La frecuencia de la enfermedad no puede calcularse con exactitud debido a los diagnósticos insuficientes y erróneos que se realizan por la falta de concienciación, las dificultades de diagnóstico y el elevado número de pacientes levemente afectados. Se calcula que la prevalencia del déficit de PK diagnosticado en una población occidental general oscila entre el 3,2 y el 8,5 por millón, mientras que la prevalencia global de la enfermedad (diagnosticada y no diagnosticada) puede llegar a ser de 51 por millón de habitantes [1].

Los tratamientos sintomáticos habituales para el déficit de PK incluyen transfusiones de sangre, la extirpación del bazo y medicamentos para eliminar el exceso de hierro en sangre (es decir, terapia de quelación).

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La TIF y el déficit de PK:

  • Reconocer las similitudes entre la talasemia y otras anemias raras, en particular las que afectan a los glóbulos rojos (por ejemplo, el déficit de PK o la SCD);
  • Constatar la ausencia de organizaciones de pacientes unidas y coordinadas internacionalmente de enfermedades específicas para orientar y cubrir las necesidades educativas y de defensa de estas comunidades de pacientes y;
  • Concienciar de que los pacientes con otras anemias hemolíticas hereditarias son miembros de las asociaciones nacionales de talasemia en varios países.

La TIF se ha sentido en la obligación ética de incluir en sus programas educativos y de defensa otras anemias raras, así como de compartir la experiencia, la infraestructura y los recursos de la federación para proporcionar asistencia y apoyo a una comunidad más amplia de pacientes y profesionales sanitarios que trabajan en el campo de la hematología no maligna.

El déficit de PK explicado

Una mirada al funcionamiento de este complicado trastorno hematológico, con especial atención a algunos de sus aspectos más importantes, como la herencia, pruebas, diagnóstico, síntomas y tratamiento.

Los glóbulos rojos sanos se desarrollan en la médula ósea y viven unos 120 días. El oxígeno de los pulmones se une a una molécula de los glóbulos rojos llamada hemoglobina.

Los glóbulos rojos sanos tienen una forma flexible, lo que les permite introducirse en vasos sanguíneos estrechos (capilares) para transportar el oxígeno por todo el cuerpo.

 

Los glóbulos rojos con niveles bajos de piruvato quinasa producen menos ATP, por lo que tienen menos energía.

Al tener menos energía, los glóbulos rojos no pueden mantener su forma, se vuelven menos flexibles y se rompen al pasar por el bazo y el hígado. Cuando los glóbulos rojos se rompen, se produce la llamada hemólisis, lo que provoca que los glóbulos rojos con insuficiente PK solo duren unos días o semanas.

La médula ósea sigue produciendo glóbulos rojos nuevos, pero estos son especialmente propensos a romperse en el bazo. El resultado final es una cantidad muy escasa de glóbulos rojos, lo que se conoce como anemia.

El déficit de piruvato quinasa es un tipo de anemia hemolítica.

Sí. El déficit de PK es una enfermedad hereditaria autosómica recesiva.

La producción de la enzima piruvato quinasa está controlada por un gen llamado PKLR, que se encuentra en el cromosoma 1 en la posición 22.

Para heredar la enfermedad, hay que recibir dos copias de un gen PKLR no funcional (una de cada progenitor), lo que significa que por cada embarazo en el que ambos padres tienen un gen PKLR no funcional, hay un 25 % de posibilidades de que el niño sufra un déficit de PK.

 

 

Para descubrir qué provoca la anemia, los médicos tomarán una muestra de sangre para ver si el paciente tiene anemia hemolítica.

Si se confirma la anemia hemolítica, se realizarán más análisis de sangre para encontrar la causa de la anemia hemolítica.

Puesto que el déficit de PK no se asocia sistemáticamente con ninguna característica hematológica específica, el diagnóstico se centra en dos pruebas diagnósticas:

  1. Actividad de la enzima piruvato quinasa
  2. Pruebas genéticas

El análisis de la actividad enzimática de la PK es la norma para las pruebas de diagnóstico. La actividad de la PK en el límite inferior del nivel normal en el contexto de niveles normales o elevados de otras enzimas de las vías glucolíticas sugiere un déficit de PK.

Las pruebas genéticas pueden ayudar a confirmar el diagnóstico en los casos poco claros y deben considerarse si el paciente:

  1. Tiene una actividad de PK normal o reducida con presencia de una actividad elevada de otras enzimas de glóbulos rojos dependientes de la edad.
  2. Recibe transfusiones de sangre de forma crónica.
  3. Tiene una actividad de PK baja, pero no tiene antecedentes familiares de la enfermedad.

Los signos y síntomas varían de una persona a otra. Sin embargo, los síntomas más comunes son:

  • Yellowing of the whites of the eyes (scleral icterus)
  • Amarillamiento del blanco de los ojos (ictericia escleral)
  • Amarillamiento de la piel (ictericia) o palidez
  • Fatiga (y menor capacidad para realizar actividades físicas)
  • El exceso de hierro aumenta el riesgo de sufrir problemas hepáticos, cardíacos y hormonales, así como otras complicaciones
  • Los cálculos biliares pueden causar dolor abdominal, náuseas y vómitos
  • Agrandamiento del bazo (esplenomegalia)
  • Densidad ósea baja (osteopenia)

Consulte a su médico cualquier problema que pueda tener, ya que pueden presentarse signos y síntomas menos comunes.

Por ahora no existe ningún fármaco disponible para tratar el déficit de PK, aunque los síntomas sí pueden controlarse. El tipo de tratamiento sintomático que se reciba depende de cómo afecte la enfermedad al paciente.

Las transfusiones de sangre aumentan el nivel de hemoglobina, por lo que se administran para aliviar los síntomas de la anemia. Algunos pacientes puede que no lleguen a necesitar nunca una transfusión, algunos solo necesitan unas pocas y otros reciben transfusiones de forma regular.

Existen circunstancias especiales en las que se suelen requerir transfusiones:

  • Crisis hemolítica: empeoramiento de la anemia hemolítica causado por infecciones, estrés o embarazo.
  • Crisis aplásica: interrupción temporal de la producción de glóbulos rojos nuevos causada por una infección por parvovirus (también conocida como la quinta enfermedad), que provoca una anemia grave temporal y luego se soluciona por sí sola.

Con o sin transfusiones de sangre, el déficit de PK puede provocar un exceso de hierro en el organismo.

 

Los pacientes necesitan un control regular del exceso de hierro mediante análisis de sangre (pruebas de ferritina) o exploraciones radiológicas. El exceso de hierro puede tratarse con medicamentos (terapia de quelación) o con extracciones de sangre (flebotomía).

Los niveles elevados de bilirrubina provocan ictericia (amarillamiento de la piel) en niños y adultos. En el caso de los recién nacidos puede provocar complicaciones del sistema nervioso. La luz fluorescente disminuye la bilirrubina, por lo que a los recién nacidos se les suele tratar con fototerapia. También se puede realizar una exanguinotransfusión en la que se extrae una cantidad de sangre que se sustituye por otra transfundida.

La extirpación del bazo (esplenectomía) aumenta los niveles de hemoglobina en la mayoría de los pacientes con déficit de PK, lo cual mejora la anemia y reduce la necesidad de transfusiones. Sin el bazo, los glóbulos rojos jóvenes sobreviven más tiempo y el recuento de reticulocitos aumenta.

Tras la extirpación del bazo, la anemia mejora, pero la hemólisis continúa.

La vesícula biliar puede extirparse (colecistectomía) al mismo tiempo que el bazo o si se tienen cálculos biliares que causan síntomas.

Por lo tanto, los médicos pueden recomendar:

  • Antibióticos regulares después de la cirugía para prevenir la infección
  • Vacunas adicionales (no rutinarias) antes y después de la operación
  • Medicamentos después de la cirugía para prevenir los coágulos de sangre

La vesícula biliar puede extirparse (colecistectomía) al mismo tiempo que el bazo para tratar los cálculos biliares existentes o prevenir su aparición.

Deficiencia de piruvato cinasa: Reflexiones sobre la experiencia del paciente para apoyar el tratamiento y la atención

En este informe se comparten los resultados de una encuesta internacional en la que se analiza la comunicación entre los pacientes con deficiencia de PK y los cuidadores y sus hematólogos.

El Consejo Asesor de Defensa (Advocacy Advisory Council, AAC) de la Deficiencia de PK, un grupo internacional y multidisciplinar de especialistas que consta de pacientes, cuidadores, defensores del paciente y médicos, realizó esta encuesta que contó con 275 encuestados de 11 países, lo que la convirtió en la mayor de este tipo para esta comunidad.

Los resultados de la encuesta indican que:

  • Los hematólogos deben encontrar oportunidades para aumentar la comprensión de la deficiencia de PK
  • Los hematólogos deben consultar con otros especialistas, entre ellos sus compañeros especializados en la atención pediátrica y adulta de personas con deficiencia de PK
  • La atención debe ser integral y se deben tener en cuenta aspectos de la salud emocional y psicosocial
  • Los hematólogos deben encontrar oportunidades para mejorar la atención y el apoyo a los pacientes sin transfusiones

Estos y otros hallazgos de la encuesta se analizan en detalle en este informe, en el que se describen las necesidades no satisfechas junto con las mejores prácticas, las recomendaciones y las propuestas para hematólogos, pacientes y cuidadores, con el fin de ayudar a abordar las lagunas y mejorar las vidas de las personas con deficiencia de PK. Todas las actividades del AAC, así como la encuesta y el informe, están financiadas por Agios Pharmaceuticals, Inc.

Más información:

[1] Storm, M., Secrest, M. H., Carrington, C., Gilroy, K., Pladson, L., Boscoe, A. N., & Casso, D. (2019). Prevalence of Red Cell Pyruvate Kinase Deficiency: A Systematic Literature Review.

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